La Recordadora (Élite)

Después de la Batalla de Hogwarts, en el 1998, el colegio de Magia y Hechicería quedó hecho ruinas y cenizas. Hicieron falta varios años de construcción y muchas manos mágicas para levantar de nuevo el castillo dirigido entonces por la profesora McGonagall y así, volver a enseñar a los jóvenes magos como se había hecho anteriormente y durante muchos años.
Pero, no nos olvidemos del famoso Harry Potter, el héroe del Mundo Mágico: el que había derrotado definitivamente al Señor Tenebroso. ¿Qué fue de él? Harry, había decidido hacer vida normal. Con el paso de los años, se había casado y había tenido hijos. Y asimismo lo habían hecho sus amigos y también sus no tan amigos.

Pasaron años en calma y sin ningún suceso extraño, haciendo que la nueva generación de magos tuviera una estancia en Hogwarts totalmente diferente a la que habían tenido sus padres. Y aunque estos no tendrían que salvar al mundo, algunos eran conocidos en las clases y entre los alumnos. Quizás fuera por las hazañas que habían realizado sus padres, o también pudieron abrirse paso por ellos mismos.
Algunos metiéndose en líos, otros estudiando y centrándose en las clases, y según cuales dedicándose a pasear por los pasillos atormentando  a los recién llegados a la escuela, acabaron todos saliendo de Hogwarts.

Podría decirse que había sido una generación “tranquila” ya que nada extraño había pasado.

Actualmente, en el año 2050, han vuelto a transcurrir los años y algunos de los héroes de la Segunda Guerra Mágica han muerto por los años; la varita de Saúco ha perdido ya sus poderes en la tumba del noble ex director de Hogwarts, Albus Dumbledore. 
Sus hijos, han elegido sus futuros y algunos se han casado, tenido hijos. Otros han optado por hacer vida libre, y otros, se fueron de Inglaterra.

Todo sigue en calma. O al menos eso piensan todos.

Durante los años que habían pasado, los aún puristas habían ido formando grupos en secreto, preparándose para una nueva “limpieza de sangre”.
Finalmente, todos los pequeños grupos se juntaron en un mismo grupo liderado por Anne Shacklebolt, la que les puso el nombre de Kromerts, dejando atrás a los mortífagos y a su líder, Voldemort, para dar paso a una nueva era, una era de magos puros gracias a los Kromerts. Anne, que poco a poco fue abriéndose paso en el Ministerio de Magia hasta llegar a ser Ministra, ha descubierto una nueva rama de la magia negra, y así conseguir ser ceniza; convertirse en cenizas; renacer cual fénix y así, ser inmortal. ¿Estará a salvo el mundo mágico con una ministra purista, oscura e inmortal?
Anne ha optado por una manera más arriesgada de limpiar el Mundo Mágico: destruir para reconstruir. Su objetivo es eliminar a todo ser que no se ponga de su lado, sea puro, muggle o squib. Y su plan se pone en marcha, a través del Ministerio, de las calles de Hogsmeade, de los pasillos de Hogwarts.


Pero los más viejos en Hogsmeade juran haber escuchado en la Casa de los Gritos planes de nuevos ataques a los hijos de muggles y esta vez, también a los mestizos y otras criaturas. 
Pero claro, ¿quién iba a creer a unos ancianos magos que lo único que saben hacer es cotillear e inventar chismes? Solamente cuatro gatos son los que creen en lo que los más viejos murmuran, cuatro gatos que, da la casualidad, han vivido algo semejante años atrás. 

Hermione Granger y Neville Longbottom, con sus varios años de edad, han decidido re-abrir la Orden del Fénix, pero esta vez, no en sus manos. Aunque ellos dos la lideran, los que realmente hacen la acción son sus hijos, y los hijos de sus mejores amigos.

James Potter, Rose Weasley, Lily L. Potter y Frank Longbottom son los principales en la Orden del Fénix, e increíblemente, han atraído a varios magos en los que poder confiar para ingresar en este grupo que supuestamente, estará preparado para combatir a los Kromerts. 
Como padres que son, también se preocupan por sus hijos y deciden no contarles nada de lo que está sucediendo. Para que así, Hogwarts no entre en pánico.

Pero en el Colegio de Magia y Hechicería los cuadros empiezan a susurrar y los alumnos se dan cuenta. Se empieza a hablar por los pasillos, todos lo saben ya. Muchos han elegido ya su bando en el colegio por puro miedo, para salvar el pescuezo. Algunos empiezan a asustarse, otros se lo toman a broma y otros, hacen caso omiso, no se creen nada.